EL DERROTERO

FINALISTA EN LA “V BIENAL DE NOVELA – PREMIO COPÉ 2015”.

En el penal de Cachiche (Ica) Valentina Espagiari recibe los efectos personales de su abuelo paterno -un delincuente de guante fino aunque irrescatable-, fallecido a mitad de semana.

Dentro del conjunto halla un relato, algo extenso, sobre el derrotero que cubre un fraile dominico quien, a mediados del siglo xvi parte de Venecia hacia territorio otomano –específicamente, la zona de los Balcanes y la actual Turquía-, en busca de propuestas y de personas capaces de levantar sobre la catedral de San Marcos una cúpula que supere en magnificencia a la de Santa María del Fiore (Florencia) o la de San Pedro en Roma.

Lo insólito es que el relato viene acompañado por una especie de carta testamentaria, dirigida a ella, en la que el abuelo le hace saber que, con éste, “conseguiría el premio que merecía”.

La prosa que emplea “La Cúpula de San Marcos” dista del léxico chabacano de Manuel Méndez -el abuelo-; lo que conduce Martina por un segundo derrotero. ésta vez, dirigido a descifrar la vida de Méndez y lo ocurrido con ciertas talegas de oro que éste habría sustraído ocho años antes; de las que nunca se volvió a saber y que causaron su condena.

El ardor por descifrar la clave encerrada en “La cúpula de San Marcos” fuerza a Martina a visitar el mundo enmarañado del abuelo; habitado por ex presidiarios, prostitutas y alimañas de bajo fondo.

Una prosa irreverente, la pintura de sus personajes, el manejo de situaciones y el interés por la acción confieren a la obra de Musso un atractivo y valores singulares.